“Si pensamos en expulsar a los 182 mil migrantes empadronados con un vuelo por mes, nos tomaría 257 años”
El exjefe de Migraciones del segundo mandato de Michelle Bachelet, Rodrigo Sandoval, abordó el debate sobre la regularización, tras el anuncio del Gobierno de una posible “regularización limitada”.
Agencia Uno / Francisco Castillo
El exjefe de Migraciones del segundo mandato de Michelle Bachelet, Rodrigo Sandoval, abordó el debate sobre la regularización de migrantes en Chile, destacando que las políticas actuales reflejan una “irracionalidad política” frente a la realidad migratoria.
Según lo expuesto por el exintegrante de Gobierno a La Segunda, “el sentido común” indica que regularizar a los 182 mil extranjeros empadronados es una medida inevitable, pero que llega con retraso y no resuelve el problema de fondo.
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Para Sandoval, las decisiones estatales instalaron la inmigración irregular, como la exigencia de visas consulares y restricciones para el ingreso regular. Esto, señaló, generó un aumento del ingreso clandestino y ha complicado la planificación de servicios públicos, ya que muchas de estas personas ya acceden a salud y educación sin estar formalmente registradas.
“Si no les das educación, vivienda o salud, se generan enormes brechas de cohesión social. La marginalización de los migrantes es un problema que el Estado está profundizando desde hace diez años”, afirmó.
257 años...
En cuanto a las críticas a la regularización, Sandoval subrayó la inviabilidad de las expulsiones masivas. “Si pensamos en expulsar a los 182 mil migrantes empadronados con un vuelo por mes, nos tomaría 257 años”, indicó, calificando esta opción como “materialmente imposible”.
El exjefe de Migraciones cuestionó la postura de quienes creen que regularizar sería un incentivo para nuevos ingresos irregulares. Según él, los migrantes seguirán llegando a Chile y la discusión debería centrarse en cómo gestionar el flujo migratorio de manera efectiva.
Por su parte, este martes, el subsecretario del Interior, Luis Cordero, defendió la política de regularización limitada, argumentando que es una medida necesaria para garantizar que los extranjeros sigan las normas chilenas. “No hay buenismo ni perdonazo. Es la única forma de proveer tranquilidad a los chilenos”, aseguró la autoridad de Gobierno.
